El área que he seleccionado, para ejemplificar el arte del color, son las artes plásticas. Yo las descubrí en la secundaria cuando empecé a ir al taller en el que proporcionaban tal materia. Dentro de las primeras clases nos enseñaron líneas, puntillismo, letras góticas y trazados firmes. El segundo paso fue la iniciación al color. Recuerdo que esa fue mi primera gran pasión, el color y las combinaciones del mismo. Pasamos por dibujos al pastel, vitrales con cartón, vitrales con vidrío y finalmente repujado en papel albanene.
No recuerdo que nos hayan dado clases de escultura o modelado, y sé bien que cuando nos dieron clases de pintura a mano alzada descubrí mi poco talento para la perspectiva y el realismo en el dibujo. También vimos la pintura al óleo, la cual fue muy gratificante y claro, en el centro del curso, la serigrafía.
Ya en la preparatoria tome cursos de escultura y fotografía, sin embargo, el color es lo que más me ha gustado de todas las artes plásticas y en particular la técnica con acrílico. Si bien es de un secado más rápido y no permite trabajar con texturas, en la actualidad hay medios que se pueden usar para texturizar, crear efectos e incluso retardar el secado del acrílico. Hay acrílicos de colores mates, brillantes, diamantados y todos estos vienen en múltiples presentaciones. Se pueden emplear en diferentes superficies como la cerámica, la madera, la tela, el yeso, el concreto, el plástico, etcétera.
La nobleza del acrílico es lo que hace que sea uno de mis materiales de trabajo preferidos, entre las técnicas con las que cuenta el acrílico se pueden ubicar el aguadado, la técnica de pintura con la esponja, con tela, el craquelado, el marmoleado, la pátina, etcétera.
Aquí una muestra de lo que se puede hacer con la pintura acrílica.

Tronco con lobos (2013): Técnica acrílico sobre fibra de vidrio.
Obras y fotografías IE — 2016