¿Te has preguntado alguna vez por qué las historias que más nos gustan son aquellas que ponen en grandes dificultades a sus protagonistas?
Yo en lo personal disfruto muchísimo la emoción de estar en la orilla de mi asiento sufriendo el momento de más tensión de los protagonistas de una película, de una serie o de un libro, esos instantes en los que parece que todo se irá al demonio, que todo su esfuerzo está por perderse en un suspiro… y entonces, sacando una pizca de fuerza de quién sabe dónde, logran salir adelante, vencedores, triunfantes, con la recompensa de nunca haberse rendido.
Adoro ese tipo de historias, quizás porque a mí me encantaría pensar que sin importar lo difícil que se vuelva la vida, si yo tampoco me rindo podré salir victorioso de cualquier prueba.
Estoy seguro que tú que me escuchas has pasado a lo largo de tu vida momentos muy difíciles, momentos en los que sentías que todo estaba perdido, y aún así, seguiste adelante, y aquí estás, quizás en una nueva ocasión complicada que no sabes cómo resolver, quizás la acabas de pasar o talvez ya estás en la paz después de la tormenta, no lo sé, hay tantas formas de la vida que no puedo adivinar lo que estás pasando en este instante.
Pero sí te puedo decir que si estás en pasándola difícil, no te rindas, hay un dicho que dice que al final todo estará bien, y si no está bien es porque todavía no es el final, así que vamos, tú puedes, dentro de ti hay la fuerza suficiente para enfrentar todo lo que la vida te ponga enfrente, eres maravilloso o maravillosa, estás diseñado para vencer, solamente necesitas creerlo.
¿Sientes que no puedes más? Entonces llora, grita, enójate, saca la furia que llevas dentro, ponte en pie y sigue, no te rindas, no dejes que el miedo o el dolor te dominen, estos son solamente información, sigue respirando y avanza, sé que duele, sé que estás temblando, que parece que todo está oscuro alrededor, pero todavía puedes más, respira hondo, aprieta el puño, aprieta la mandíbula y sigue. Todavía no es el final.
Es difícil, ya lo sé, sientes que te ahogas, toma aire y sigue, respira y da un paso más, todavía no alcanzas el límite de tu fuerza.
Nos han dicho tantas veces la frase: “conoce tus límites”, pero nunca nos dijeron “rompe tus límites”, cuando la realidad es que desde que fuimos concebidos hemos estado rompiendo nuestros límites, de forma natural lo has logrado, tu nacimiento fue el romper los límites que te impedían respirar, creciste y fuiste aprendiendo cosas que no conocías, cosas que estaban fuera de tu alcance y hoy son cosas tan sencillas, pero conforme vamos creciendo parece que los retos se vuelven más imposibles, pero no lo son, solo es cosa de esforzarte, de romper nuevamente ese límite que te han hecho creer que tienes.
Es difícil, ya lo sé, nadie dijo que iba a ser fácil, pero tú puedes, has logrado cosas grandiosas antes y lo volverás a hacer, no te preocupes si te caes, no te preocupes si te golpeas, solamente levántate una vez más, quienes triunfan en la vida no son aquellos que llegan limpios a su tumba, sino aquellos que siempre se levantaron después de una caída, aquellos que se ensuciaron de lodo, se limpiaron y continuaron caminando.
Quizás no sepas por qué, a lo mejor todo parecen sombras, a veces se llega al punto en el que no sabemos ni siquiera el motivo por el que iniciamos la lucha en la que estamos metidos, es el sentido de supervivencia que nos quiere hacer voltear y retroceder, es el ansia por regresar al punto de comodidad, pero no estamos aquí para sobrevivir, estamos aquí para vivir dándolo todo, venimos a romper cadenas.
¿Lo sientes? ¿Sientes cómo el dolor, el miedo y la ansiedad se transforman? Es tu fuego interno que está quemando todo eso para convertirlo en coraje, en fuerza, en poder.
Tu espíritu no se hizo para estar cómodo encadenado, tu espíritu se hizo para ser libre, para no detenerse, aunque a veces parecería más fácil dejarse llevar por la corriente, tú no eres uno más del montón, tú eres de aquellos que luchan contra la corriente, que decidieron ir nadando río arriba.
Seguramente te duelen ya los brazos, te arde cada uno de los músculos del cuerpo y tu alma probablemente se encuentra igual, quizás no parezca tan mala idea rendirte en este punto, decir que el reto fue demasiado grande para ti, que abarcaste más de lo que podías tomar, que las sombras son más grandes que la pequeña luz que eres capaz de emitir.
Todavía no, todavía, todavía puedes más, todavía estás respirando, todavía queda ese brillo en tus ojos que dicen que aún no has dado todo, que si te rindes en este momento te arrepentirás de que estando tan cerca hayas desertado a punto de tu más grande victoria.
Eso es, ponte de pie una vez más, ya sé que duele hasta respirar, ya sé que sientes que has sudado hasta la última gota, tanto que parece que en lugar de sudor ya estás sudando y llorando sangre, pero todavía no es el momento de descansar, aún no, solamente resiste un poco más.
Talvez piensas en este momento que el reto era para alguien más, alguien más fuerte que tú, alguien más inteligente, más rápido, más rudo, pero este reto llegó para ti, para nadie más, no es un obstáculo, es una oportunidad para demostrarte a ti mismo lo grandioso que eres, que has crecido tanto, al punto que algo que creías imposible lo estás logrando tú mismo.
No pienses en aquellos que te critican, ellos no están logrando lo que tú sí, nadie más que tú sabes lo que está costando, ninguno de ellos ha cruzado tu largo camino, ninguno ha pasado las tormentas que tú has sobrevivido, solamente tú, por eso, por ese esfuerzo que has llevado toda tu vida, no te rindas.
No te conozco tampoco, pero respeto tu esfuerzo, te respeto porque no te has rendido aún, te admiro igual que a los protagonistas de las historias que he admirado, a aquellos que no se rinden a pesar de todas las dificultades de su historia, porque son eso, los protagonistas, aquellos que triunfan donde otros solamente lo intentaron.
Ya casi lo logras, faltan pocos pasos, unos instantes más y esto será solo un recuerdo más, sigue, sigue, sigue.
Vamos, es tu historia, es tu esfuerzo, es tu triunfo, vamos, vale la pena, ya casi llegas, solamente un pequeño esfuerzo más, un soplo más, tú puedes.
Lo has hecho maravillosamente, ¿lo conseguiste? Estoy seguro de que sí, porque lo diste todo, porque no te rendiste, porque sin importar el resultado, eres un triunfador, eres un ganador, porque el resultado no te define, te define todo el esfuerzo que pusiste, cada lágrima, cada gota de sudor, cada caída y cada vez que te levantaste, una y otra vez porque no te rendiste.
Eso te vuelve una leyenda, no lo que digan de ti, no si apareces en las noticias o en los titulares de las revistas de moda, tu vida es por sí misma una historia digna de contarse, digna de inspirar a otros, porque eso es lo que consigues cuando no te rindes, un triunfo ante los ojos del universo, pero más importante, ante tus propios ojos, porque no te rendiste sin importar que fuera difícil.