Influencer

Desde hace algunos años he notado que muchos niños ya no sueñan con ser doctores, policías, bomberos, astronautas, científicos u otros oficios o profesiones más comunes o tradicionales, sino que al parecer, la tendencia es que ahora quieren ser “influencers”.

A diferencia de muchos otros adultos de mi generación, yo no lo veo esto como un “problema” por sí mismo, finalmente ser “influencer” es un oficio igual de digno que cualquier otro, salvo por un detalle muy particular, que estos niños (y en muchos casos los padres de estos niños) no tienen ni la más remota idea de lo que implica ser un influencer.

¿Qué significa realmente ser un influencer?

Para la mayoría de quienes ven el mundo de las redes sociales y la vida de estos peculiares personajes, el ser influencer se trata básicamente de tener fama y que con la fama viene la riqueza… y parcialmente tienen razón, sin embargo, las cosas no son tan simples, ya que existen diferentes tipos de fama, diferentes tipos de riqueza y diferentes tipos de influencers.

Pero vamos desmenuzando estos conceptos paso a paso, porque gran parte del problema radica en que no se han comprendido y por ello hay tantas confusiones, tanto de los niños, los adultos, los papás y los hijos.

El mundo de las redes sociales no es otra cosa que una vía popularizada para lograr comunicarse a gran escala con aquellos con quienes se comparten intereses, estas funcionan a base de algoritmos, que no son otra cosa que métodos y reglas que permiten que las redes sociales sean cada vez más eficaces en atraer la atención de quien las utilizan y, con ello, generar que pasen cada vez más tiempo usando su servicio.

¿Y qué ganan las redes sociales con tenernos ahí metidos todo el tiempo? Pues es simple, dinero, como todo medio de comunicación, las redes sociales sobreviven económicamente del dinero que obtienen de la publicidad, y vaya que cada vez ponen mayor cantidad de publicidad. Por cierto, recuerden esa idea porque todo a partir de aquí va a girar en torno a esa palabra.

Tipos de fama

Lo siguiente que hay que entender es la fama, la cual para muchos puede ser algo que llegue de manera muy inesperada, por razones que todavía son desconocidas y que muchas veces es fruto de la casualidad, otras veces ocurre gracias al trabajo duro y de perseverancia, otras tantas por un terrible error, lo cierto es que no hay una fórmula que sea capaz de lograr que alguien o algo se vuelva famoso, pero lo que sí es una garantía es que siempre habrá quien pueda sacar provecho de esa fama.

Fama por casualidad

Algo que es seguro, la fama que llega por casualidad suele ser efímera, aquí nos encontramos con los casos de personas que se hicieron famosas a veces por estar en el momento y lugar exacto y eso atraiga la atención de muchas personas. Puede ser un reto viral, puede ser que hayan coincidido con alguna persona famosa, puede ser que haya sido por un simple baile, lo cierto es que ese tipo de fama implicará que esperará el público que fue atraído por ese evento que se siga repitiendo, pero eventualmente causará aburrimiento y la fama se desvanecerá como agua entre los dedos.

Fama por error

Luego viene la fama por un terrible error, esta suele ser, lamentablemente, más duradera. Digo lamentablemente porque ocurre por culpa de lo opuesto de la anterior. Ocurre por estar en el momento y lugar equivocados, suelen ser eventos en los que la fama se gana por tener una reacción errónea, una frase, una actitud, alguna acción que terminan ofendiendo de manera grave a la sociedad y entonces, la sociedad misma se encargará de descargar toda su furia en contra del nuevo famoso.

Aquí es común que se traten de chivos expiatorios que la sociedad utiliza para desahogarse de todas las frustraciones colectivas y, finalmente, se vuelven puntos de fuga que muchas personas terminan ocupando como tema para hacerse publicidad a sí mismas con sus opiniones. Finalmente este tipo de fama también es pasajera, pero desafortunadamente para el famoso, dura más de lo que le gustaría.

Fama por esfuerzo y perseverancia

El último tipo de fama, el más difícil de conseguir y al mismo tiempo, el más difícil de mantener, la fama de esfuerzo y perseverancia. Esta fama en promedio toma unos diez años conseguirla, es mucho trabajo de experimentar en pruebas y errores, es tocar muchas puertas que la mayoría de las veces permanecen cerradas y cuando se abren, gran parte suelen ser puertas falsas.

Irónicamente, ese es el tipo de fama que todos los que creamos contenido para Internet estamos buscando, y es el tipo de fama que un verdadero influencer necesita y que muy pocos son capaces de conseguir.

Ahora bien, este tipo de fama no llega haciendo retos virales, no llega haciendo bailes, mucho menos llega por hacer alguna estupidez pública por el cual uno se gane la aversión social, sino que se gana muchas veces por el hecho de dedicarse a algo que sea más útil para la sociedad que ser simplemente “influencer”.

Un verdadero influencer es alguien que logra sobresalir en su campo profesional, académico o de oficio, alguien que hace mucho más que ir a lugares “instagrameables” o a grabar “tiktoks” de restaurantes, bares o cafeterías, se tratan de personas que en temas de ciencia, tecnología, cultura y, en general, cualquier conocimiento realmente útil, son capaces de transmitir a través de las redes sociales y ponerlos a disposición de toda la comunidad.

Justamente en eso es donde se encuentra la dificultad, porque un verdadero influencer debe tener una cantidad alta de los conocimientos sobre los que hable, mismos que ha obtenido ya sea en el mundo académico o a través de su experiencia de vida o laboral, de tal manera que realmente sepa y conozca del tema del que está hablando.

Como tal, no hay una licenciatura en “influencer”, no la hay ni la habrá porque finalmente, las empresas siempre podrán conseguir personas con fama sin gran esfuerzo, personas que puedan utilizar para su publicidad, porque ese es el objetivo económico de cualquier influencer, el obtener dinero a través de su fama, y eso solamente se consigue utilizando esa fama para transformarla en publicidad, para aquellas empresas que sean afines con la información que comparta y los contenidos que genere.

Y es que la publicidad siempre le viene bien a cualquier negocio, ya sea desde el puesto de tacos de la esquina, hasta el gran corporativo multinacional, el tamaño del negocio no importa, lo que importa es crear el interés del público en consumir lo que sea que vendan.

Para eso ocupan las empresas a los influencers, sin embargo, no es lo mismo un influencer que ganó fama por andar bailando que uno que se dedica a probar equipos tecnológicos, obviamente el segundo tendrá la oportunidad de obtener contratos mejores con empresas mucho más grandes, empresas de tecnología que paguen por mostrar sus productos en el contenido que genera, pero solamente si el influencer posee los conocimientos técnicos para comprender las funciones del equipo que mostrará.

Pero todo esto implica nuevamente conocimientos, mismos que requieren una inversión importante de tiempo y dinero en estudios, y no en escuelas para influencers, sino en las escuelas y trabajos que enseñan los temas tradicionales, en esas que enseñan justamente lo que no quieren aprender ni ser, porque no basta con tomar unos cuantos cursos de locución, edición y producción audiovisual, no basta con salir bien ante la cámara ni ser chistoso o gracioso para atraer miradas, eso solamente te dará cinco minutos de fama.

En fin, el tema es muy extenso y quizás en un futuro lo retome, solamente quiero que se comprenda que no es fácil, ni sencillo, ni glamuroso el ser un verdadero… influencer.

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